Si bien cada vez se fuma menos dentro de las casas y en espacios cerrados, resulta importante saber que nuestras mascotas, al igual que los humanos, pueden ver afectada su salud ante la exposición del humo del cigarrillo y convertirse en lo que conocemos como un fumador pasivo.
Además del monóxido de carbono y la nicotina, este humo tiene cerca de 4,7 sustancias nocivas que pueden ser altamente perjudiciales para el organismo de los animales de compañía, corriendo los mismos riesgos que la persona que está fumando como el aumento de las posibilidades de contraer un cáncer.
El aire del ambiente en la casa de una persona que fuma, puede llegar a contener el triple de nicotina y monóxido de carbono y hasta 50 veces más sustancias cancerígenas que el mismo humo del tabaco, especialmente si no se acostumbra a ventilar el lugar.
Es importante entender que el sistema respiratorio de las mascotas es similar al nuestro. Sin embargo, es necesario diferenciar cómo afecta a los perros y a los gatos.
Efectos nocivos del humo del cigarrillo en los Perros
Los perros que inhalan el humo emitido por la acción de «fumar» de sus dueños pueden sufrir alergias severas. Los perros más susceptibles a desarrollar alergias graves y problemas de sinusitis, son los perros de hocico largo como los pastores o los galgos. Sin embargo, todas las razas corren riesgos. Los perros de hocico chato o corto como los pugs, bulldogs, pekineses, etc., pueden sufrir asfixia si están muy cerca del humo o en un salón con muchos fumadores, ya que el hocico chato limita su capacidad de tomar oxígeno.
De acuerdo con la Asociación «Libres de Cigarro» de Estados Unidos, los perros que viven con fumadores tienen 60% de mayor probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón que los perros que viven con personas que no fuman.
Algunas enfermedades que se pueden presentar: